En el ámbito empresarial las nuevas reglas posibilitan la irrupción de nuevos líderes, con nuevos modelos de negocio que aprovechan ventajas  como las transformaciones tecnológicas, la movilidad del talento y los recursos económico-financieros, la internacionalización creciente de la economía, o la extensión de la empresa y sus cadenas de valor.

También el territorio se transforma y la emergencia de nuevos espacios da lugar a un dinámico mundo de nuevos jugadores: países, bloques político-económicos, ciudades-región.

Estos nuevos jugadores influyen de manera decisiva en la competitividad de las empresas, en sus múltiples y variados procesos y estrategias de internacionalización. Identificarlos, comprenderlos e incorporarlos a la estrategia resulta esencial para marcar la diferencia.